Las hemorroides son uno de los trastornos rectales más frecuentes y molestos. Aunque molestas, las hemorroides rara vez son graves y a menudo desaparecen por sí solas o con un tratamiento mínimo. El tratamiento suele ser sencillo y eficaz y puede incluir la ligadura o "vendaje" sin dolor, que puede realizarse en consulta. Los casos más graves pueden requerir cirugía. Las personas con hemorroides que colaboran estrechamente con su médico suelen tener asegurado un buen resultado y el alivio de este trastorno frecuente.

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Preguntas frecuentes

Las hemorroides son vasos sanguíneos o venas dilatados en la zona anal o rectal. Pueden aparecer en la parte externa del ano, donde se notan como pequeños bultos al limpiarse, o en la parte interna, donde suelen ser indoloras.

Estar de pie durante largos periodos de tiempo es una causa común de hemorroides, ya que la sangre por encima del recto ejerce presión sobre las zonas rectal y anal. El estreñimiento, la diarrea, el embarazo, la obesidad y el esfuerzo frecuente al defecar también pueden ser causas de hemorroides.

Las hemorroides pueden producir varios problemas incómodos, pero no graves:

  • Picor e irritación - Las hemorroides externas pueden producir picor, sobre todo si la zona está húmeda e irritada.
  • Sangrado - Las hemorroides pueden supurar sangre roja fresca, tanto si están localizadas externa como internamente. Las hemorroides externas suelen provocar el goteo de sangre por el ano al sentarse en el inodoro. La sangre también puede verse en la ropa interior. Las hemorroides internas que sangran pueden producir sangre fresca en las heces.
  • Trombosis y dolor: un dolor intenso puede indicar la presencia de un coágulo de sangre en la hemorroide y suele requerir atención médica inmediata.

Las hemorroides pueden enmascarar un trastorno más grave, como el cáncer de recto o de colon. Ambos pueden causar también hemorragia rectal. Por ello, son importantes el diagnóstico y el tratamiento adecuados por parte de un médico.

El tratamiento de las hemorroides varía en función de dónde se encuentren, qué problemas estén causando y su gravedad. A menudo, el proceso normal de curación y el tiempo eliminarán las hemorroides con poco o ningún tratamiento específico. Cuando las hemorroides requieren tratamiento, se recomiendan las siguientes medidas generales:

Tratamiento básico

  • Mantenga la zona anal y las hemorroides limpias y secas. Limpie con cuidado.
  • Aumente la fibra y el forraje en su dieta y utilice agentes de carga, como Metamucil, Effersyllium, Konsyl, Citrucel y Per Diem Fiber.
  • Evite hacer esfuerzos al defecar.
  • Cuando hay trombosis, dolor y sensibilidad, un baño caliente de 10 a 20 minutos dos o cuatro veces al día en una bañera de asiento alivia.
  • Ligadura o vendaje - Un método habitual de tratamiento de las hemorroides internas consiste en ligar la base de la vena inflamada. La circulación sanguínea se detiene y la hemorroide se cae.
  • Fotocoagulación por infrarrojos: se puede utilizar una fuente de luz infrarroja para coagular las venas hemorroidales internas.

La cirugía está reservada para:

  • Coágulo agudo y doloroso (trombosis) de las hemorroides.
  • Hemorroides que sangran profusa o continuamente.
  • Hemorroides grandes, irreversibles y de larga duración.
  • Cuando otro tratamiento no tiene éxito.

No deje de consultar a su médico.

Sí, puedes ayudar a prevenirlos:

  • Comer mucha fibra, salvado y forraje, o utilizar un agente de carga para mantener un tránsito intestinal regular y suave.
  • No retrasar o intentar evitar la defecación cuando se presenta la urgencia.
  • Hacer ejercicio, especialmente aeróbico, para ayudar a producir movimientos intestinales más regulares.
  • Beber mucho líquido y hacer comidas regulares.