La enteroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo utilizado para diagnosticar y tratar problemas digestivos en el intestino delgado (intestino delgado). Dado que el intestino delgado mide más de seis metros de largo y sólo dos centímetros de ancho, puede resultar difícil examinarlo. Los gastroenterólogos utilizan para el procedimiento un tubo fino y flexible con una cámara llamada endoscopio.
Existen dos tipos de enteroscopia: superior e inferior. Durante una enteroscopia superior, la sonda se introduce en la boca y durante una enteroscopia inferior, la sonda se introduce en el recto. El tipo que recomiende su médico dependerá del diagnóstico.
El procedimiento utiliza un endoscopio especialmente equipado que puede incluir un globo simple o doble o un accesorio en espiral. En los procedimientos asistidos por globo, uno o dos globos diminutos se fijan al endoscopio y pueden inflarse, lo que permite al gastroenterólogo examinar más profundamente el intestino delgado en comparación con un endoscopio estándar. La enteroscopia en espiral utiliza un tubo especial con una espiral giratoria sobre el endoscopio. Esta técnica es similar a los procedimientos con balón, pero utiliza la espiral para desplazar el endoscopio por el intestino delgado.
El intestino delgado también puede visualizarse mediante una cápsula en forma de píldora, denominada cápsula endoscópica, que lleva una cámara en su interior. La cámara graba imágenes a medida que pasa por el tubo digestivo, que el médico puede ver posteriormente.
Preguntas frecuentes
Los gastroenterólogos recomiendan el procedimiento si se le ha diagnosticado:
- Ciertas formas de hemorragia gastrointestinal
- Anemia ferropénica inexplicable
- Diarrea inexplicable
- Pólipos o tumores en el intestino delgado
- Una obstrucción intestinal
- Malnutrición inexplicable
- Resultados anormales de radiografías o tomografías
El procedimiento también puede utilizarse para obtener muestras de tejido del intestino delgado para biopsia, extirpar un pólipo o tumor, detener una hemorragia en el revestimiento del intestino delgado y abrir un espacio estrecho en el intestino.
Una enteroscopia es un procedimiento ambulatorio, por lo que puede irse a casa el mismo día. Puede
puede durar entre 45 minutos y dos horas.
Dependiendo del tipo de intervención a la que se someta, se le sedará por completo o se le administrará algo que le ayude a relajarse. En el caso de una enteroscopia superior, también se le anestesiará la garganta.
Dependiendo del tipo de procedimiento al que se someta, será necesaria cierta preparación. Para una enteroscopia superior, no podrá comer ni beber nada durante las 12 horas previas al procedimiento. Para una enteroscopia inferior, lo más probable es que tenga que hacer una limpieza intestinal. Para cualquiera de los dos procedimientos, es posible que tenga que dejar de tomar determinados medicamentos, como aspirina o anticoagulantes. Su médico le dará instrucciones detalladas antes de la intervención.
Las complicaciones graves son bastante raras después de una enteroscopia. Sin embargo, puede haber algunos efectos secundarios leves, como dolor de garganta, hinchazón abdominal, hemorragias leves, calambres leves o náuseas.
Puede sentirse un poco somnoliento durante el resto del día. Debe descansar y no tomar decisiones importantes ni conducir el resto del día. Algunas personas pueden sentir una ligera hinchazón abdominal que desaparecerá en unas horas.