La enfermedad celíaca, también conocida como esprúe celíaco, es un término médico que describe una afección que se da en personas con una respuesta inmunitaria inadecuada al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. La reacción causa inflamación en el revestimiento del intestino delgado, que es la parte del cuerpo situada entre el estómago y el intestino grueso donde se absorben los nutrientes. Como resultado, muchas personas con esprúe celíaco pueden desarrollar signos de malabsorción porque el intestino se inflama y no absorbe correctamente los nutrientes. En este caso pueden surgir ciertas complicaciones, como anemia ferropénica, osteoporosis, fracturas óseas, defectos en el esmalte dental, infertilidad, abortos espontáneos o irregularidad menstrual, alteraciones de la coagulación sanguínea y llagas recurrentes en la boca.

Este trastorno también se conoce como esprúe no tropical, esprúe idiopático, enfermedad celíaca, enteropatía sensible al gluten y enteropatía inducida por el gluten.

Preguntas frecuentes

Los síntomas incluyen, entre otros

  • Vómitos
  • Falta de apetito
  • Hinchazón
  • Flatulencias
  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Estreñimiento
  • Pérdida de peso

Se desconoce su causa, pero tiene una base genética y suele darse en familias. La celiaquía es el resultado de la interacción entre el gluten de la dieta y factores inmunitarios, genéticos y ambientales específicos.

La celiaquía puede afectar a uno de cada 100 individuos. Es ligeramente más frecuente entre las personas de ascendencia europea occidental. Existe una mayor prevalencia en familiares de primer grado y en otras afecciones autoinmunes diversas.

Existen varios análisis de sangre que detectan elementos muy específicos que indican la celiaquía. El diagnóstico suele confirmarse con una biopsia del revestimiento del intestino delgado. La biopsia se toma durante un procedimiento denominado endoscopia digestiva alta.

Debido a la naturaleza de los síntomas de la celiaquía y a que los síntomas se solapan con los síntomas de otros trastornos gastrointestinales, puede ser difícil de diagnosticar. Su médico también puede analizar la función hepática y renal, así como otros análisis de sangre generales para descartar otras afecciones con síntomas similares.

El tratamiento actual de la enfermedad celíaca requiere el cumplimiento estricto de una dieta sin gluten. Esto significa un cambio sustancial en la dieta, porque además de trigo, cebada y centeno, muchos alimentos procesados y precocinados se elaboran con aditivos y conservantes que contienen gluten o productos relacionados. Deben evitarse la cerveza, las lagers, las ales y las stouts, aunque están permitidos el vino, los licores, la mayoría de las sidras y las bebidas espirituosas, incluidos el whisky y el brandy. Es muy recomendable cambiar a productos que sólo contengan harinas de arroz, maíz, maíz, trigo sarraceno, patata, soja o tapioca.

Su médico y nutricionista pueden hacerle sugerencias adicionales y ayudarle a realizar este cambio dietético. Sólo en los pacientes que no responden a las restricciones dietéticas, lo cual es poco frecuente, se utilizan medicamentos antiinflamatorios.

La celiaquía no tiene cura. La única forma de prevenir una respuesta autoinmune es seguir una dieta sin gluten. Sin embargo, la buena noticia es que el intestino delgado puede curarse a sí mismo y reanudar la absorción normal de nutrientes al cabo de varios meses de cambiar y vigilar de cerca lo que se come. Esto se conoce como estado de quiescencia o remisión.

Los síntomas pueden reaparecer.

Sí. Algunos adultos pueden presentar una erupción cutánea dolorosa, con picor y sensible al gluten denominada dermatitis herpetiforme que provoca manchas rojas elevadas en codos, rodillas y nalgas. La diabetes insulinodependiente, las anomalías de las enzimas hepáticas y los trastornos tiroideos también pueden asociarse al esprúe celíaco. Si no se controla la inflamación del intestino delgado, las personas alérgicas tienen más riesgo de linfoma no Hodgkin, osteoporosis y neoplasias intestinales. Estos riesgos pueden reducirse evitando todos los productos que contengan gluten.

Sí. Dado que la celiaquía es una enfermedad para toda la vida, es importante someterse a revisiones periódicas para controlar la alimentación y el estado general de salud.