El cáncer de esófago es una enfermedad en la que se produce un tumor maligno en el esófago. Existen dos tipos: el adenocarcinoma, asociado al reflujo ácido y al esófago de Barrett, y el de células escamosas, asociado al tabaquismo y al consumo de alcohol. Aunque es poco frecuente en Estados Unidos, el cáncer de esófago suele darse en hombres mayores de 50 años.

Preguntas frecuentes

Incluyen dificultad para tragar, regurgitación de alimentos, ardor de estómago, pérdida de peso, vómitos de sangre y dolor torácico que no está relacionado con la alimentación.

Entre las pruebas diagnósticas se incluyen la deglución de bario, la ecografía endoscópica (EUS), la esofagogastroduodenoscopia (EGD) y la biopsia, o el examen de las heces en busca de sangre. Para determinar el estadio de la enfermedad una vez diagnosticada, pueden utilizarse resonancias magnéticas torácicas, tomografías computarizadas torácicas y tomografías por emisión de positrones.

Si el cáncer está localizado en el esófago, el tratamiento preferido es la extirpación quirúrgica. Si no tolera la cirugía o si la enfermedad ha hecho metástasis (se ha extendido) a otras partes del cuerpo, puede utilizarse quimioterapia o radioterapia. En algunos casos, la cirugía se realiza en combinación con quimioterapia y radioterapia.

En los casos en que la cirugía es una opción, la tasa de curación es aproximadamente del 25%. Cuando se utiliza radioterapia o quimioterapia para tratar un cáncer localizado, la tasa de curación es algo inferior. Si el cáncer se ha extendido más allá del esófago, no suele ser curable y el tratamiento se dirige principalmente a los cuidados paliativos (esfuerzos por aliviar los síntomas y hacer que el paciente se sienta lo más cómodo posible).

No se puede prevenir, pero hay varias cosas que se pueden hacer para reducir el riesgo:

  • No fumes
  • Reducir o eliminar el consumo de alcohol para reducir la probabilidad de cáncer de células escamosas.
  • Consulte a su médico si padece reflujo ácido grave o crónico

Si le han diagnosticado esófago de Barrett, concierte citas con su gastroenterólogo al menos una vez al año. Puede ser necesario realizar periódicamente una esofagogastroduodenoscopia (EGD), que permite tomar una biopsia, para controlar la afección y detectar signos precoces de cáncer.