La biopsia hepática es un método rápido y sencillo de obtener una muestra de hígado para su análisis. Dado que en el hígado pueden producirse tantos problemas diferentes, algunos de los cuales causan daños permanentes, una biopsia proporciona información importante para evaluar y tratar los trastornos hepáticos. Las biopsias también pueden ayudar a identificar la causa del problema y la gravedad de la afección, que puede incluir infecciones víricas, reacciones a fármacos o al alcohol, tumores, afecciones hereditarias y problemas con el sistema inmunitario del organismo. Descubrir la causa es importante porque existen tratamientos eficaces para muchos trastornos hepáticos. Un tratamiento precoz, específico y eficaz puede evitar daños hepáticos irreversibles.

Preguntas frecuentes

Una biopsia es una pequeña muestra de tejido corporal -en este caso, tejido hepático- que extrae el médico. El tejido se prepara y se tiñe en un laboratorio para que el médico pueda observarlo al microscopio. Esto suele ayudar al médico a establecer un diagnóstico específico y determinar el alcance y la gravedad de la enfermedad, lo que es vital para determinar el tratamiento.

Su médico siempre realizará una historia clínica y un examen físico. Los estudios sanguíneos, conocidos como pruebas de la función hepática (PFT), ofrecen una visión general de la salud del hígado. Si los resultados de las pruebas de función hepática son persistentemente anormales, el médico realizará pruebas médicas adicionales, incluida una biopsia, para determinar la causa exacta del problema.

La biopsia hepática suele realizarse de forma ambulatoria. Su médico puede administrarle un sedante suave antes del procedimiento. El procedimiento completo suele durar sólo entre 15 y 20 minutos. Se le pedirá que se tumbe boca arriba o ligeramente hacia el lado izquierdo. Se limpia cuidadosamente la zona de la piel donde se realizará la biopsia. A continuación, se utiliza un anestésico local para adormecer la piel y el tejido y se inserta una aguja fina especialmente diseñada a través de la piel. En este momento, su médico le indicará cómo respirar. La aguja se introduce y se extrae del hígado. Sólo se tarda uno o dos segundos. Con la aguja se extrae un fino núcleo de tejido que se envía al laboratorio para su análisis.

Deberá guardar reposo durante varias horas después del examen y los miembros del personal médico controlarán su frecuencia cardíaca y su tensión arterial. Es posible que experimente alguna molestia en el pecho o en el hombro; sin embargo, suele ser temporal. Hay medicación disponible para estas molestias si es necesario. Antes de ser dado de alta, su médico le dará instrucciones sobre la vuelta a las actividades normales y sobre la alimentación. La actividad suele estar restringida durante aproximadamente un día después de la biopsia.

Aunque pueden producirse algunas complicaciones, son poco frecuentes. En la mayoría de los casos, la biopsia hepática se obtiene rápidamente y sin problemas. Es posible que experimente alguna molestia pasajera en el lado derecho o en el hombro. Además, a veces puede producirse una hemorragia interna o una fuga de bilis del hígado o la vesícula biliar. Estos problemas son poco frecuentes y normalmente pueden tratarse sin cirugía.