La resección endoscópica de la mucosa (REM) es un procedimiento mínimamente invasivo utilizado para extirpar tejidos anormales, como pólipos o cánceres en estadios iniciales, del revestimiento del tubo digestivo. Durante el procedimiento, se introduce un endoscopio flexible equipado con una herramienta especial a través de la boca o el ano para llegar a la zona afectada. A continuación, se levanta y extrae cuidadosamente el tejido anormal con el instrumento, lo que permite examinarlo al microscopio para determinar si es canceroso o precanceroso. La REM suele realizarse como procedimiento ambulatorio y puede ayudar a prevenir la progresión de ciertas afecciones del tubo digestivo cuando se detecta precozmente.
Preguntas frecuentes
La REM se suele realizar para extirpar tejidos anormales, como pólipos o cánceres en estadios iniciales, del revestimiento del tubo digestivo con el fin de evitar la progresión de estas afecciones, así como para obtener muestras de tejido para su posterior examen y diagnóstico. Más concretamente, la REM suele utilizarse para tratar:
- Esófago de Barrett, que puede provocar lesiones precancerosas.
- Cáncer precoz de esófago y colorrectal.
- Tumores de menos de 2 cm que no han penetrado en la capa más profunda del intestino.
- Zonas de tejido anormal, lesiones precancerosas o tumores cancerosos superficiales como lesiones gástricas o del intestino delgado con márgenes claros (pueden separarse de los tejidos circundantes).
Los candidatos suelen ser personas a las que se han diagnosticado determinadas afecciones o anomalías gastrointestinales, como pólipos grandes o planos, cánceres en fase inicial o lesiones precancerosas en el revestimiento del tubo digestivo. La REM también puede recomendarse a pacientes que se han sometido a procedimientos anteriores, como colonoscopias, en los que se detectaron anomalías pero no se eliminaron por completo. Además, las personas consideradas no aptas para la cirugía tradicional debido a la edad, el estado de salud o consideraciones anatómicas pueden considerarse candidatas a la REM como alternativa menos invasiva.
Los candidatos suelen ser personas a las que se han diagnosticado determinadas afecciones o anomalías gastrointestinales, como pólipos grandes o planos, cánceres en fase inicial o lesiones precancerosas en el revestimiento del tubo digestivo. La REM también puede recomendarse a pacientes que se han sometido a procedimientos anteriores, como colonoscopias, en los que se detectaron anomalías pero no se eliminaron por completo. Además, las personas consideradas no aptas para la cirugía tradicional debido a la edad, el estado de salud o consideraciones anatómicas pueden considerarse candidatas a la REM como alternativa menos invasiva.
Al eliminar el tejido anormal o precanceroso del revestimiento del tubo digestivo, la REM reduce el riesgo de progresión a estadios más avanzados de la enfermedad, como el cáncer. Además, puede ayudar a aliviar los síntomas asociados a estas lesiones, como hemorragias, obstrucción o molestias. También puede evitar la necesidad de tratamientos más invasivos, como la cirugía. En comparación con la cirugía abierta, las técnicas endoscópicas ofrecen múltiples ventajas, como:
- Recuperación más rápida
- Menos dolor
- Menor riesgo de complicaciones
En general, la REM se considera un procedimiento seguro, pero, como cualquier otro procedimiento médico, conlleva algunos riesgos inherentes. Entre ellos se encuentran las hemorragias, la perforación (desgarro o punción) de la pared gastrointestinal, las infecciones, las reacciones adversas a la sedación o la anestesia y, en raras ocasiones, el daño a estructuras u órganos cercanos, como el esófago. La probabilidad de sufrir estas complicaciones depende de varios factores, como el tamaño y la localización de la lesión que se va a extirpar, el estado de salud general del paciente y la habilidad y experiencia del endoscopista. No obstante, cabe señalar que las complicaciones importantes se producen en menos del uno por ciento de los pacientes.
Las alternativas a la REM dependen de la afección concreta que se esté tratando y de su gravedad. En algunos casos, si el tejido anormal es pequeño y de fácil acceso, puede ser posible controlarlo a lo largo del tiempo con endoscopias periódicas de vigilancia para asegurarse de que no progresa. Otra alternativa es la extirpación quirúrgica del tejido afectado, que puede ser necesaria si la lesión es demasiado grande o de difícil acceso con un endoscopio. Además, pueden considerarse como alternativas otros procedimientos mínimamente invasivos, como la disección endoscópica de la submucosa o la ablación por radiofrecuencia. Es esencial que los pacientes comenten todas las opciones disponibles con su profesional sanitario para determinar el curso de acción más adecuado.
Es posible que el médico le pida que siga una dieta de líquidos claros durante un día antes de la intervención y que se abstenga de comer o beber durante cierto tiempo. Si le van a tratar el tracto gastrointestinal inferior (intestino grueso, que incluye el colon y el recto), es posible que tenga que realizar una preparación intestinal, que consiste en tomar laxantes para limpiar el colon. Su médico también puede pedirle que deje de tomar ciertos medicamentos, sobre todo anticoagulantes, en los días previos a la intervención para reducir el riesgo de hemorragia. Es importante que informe a su médico de todos los medicamentos, suplementos y afecciones que padezca antes de la intervención. Además, necesitará que alguien le lleve a casa después de la intervención, ya que la sedación utilizada durante la REM puede afectar temporalmente a su coordinación y juicio.
Aunque el procedimiento en sí no es doloroso debido a la anestesia, los pacientes pueden experimentar alguna molestia o dolor leve después, como hinchazón, calambres o dolor de garganta. Sin embargo, estos síntomas suelen ser temporales y pueden tratarse con analgésicos de venta sin receta si es necesario.
Después de la intervención, se le vigilará en una zona de recuperación hasta que desaparezca el efecto del sedante, y es posible que experimente algunas molestias leves, hinchazón o irritación de garganta. También puede producirse una pequeña hemorragia o irritación en el lugar donde se extirpó el tejido anormal, pero suele ser temporal y debería resolverse por sí sola. La mayoría de los pacientes pueden volver a casa el mismo día y reanudar sus actividades normales en uno o dos días.
Es importante que siga al pie de la letra las instrucciones de su médico, incluidas las restricciones dietéticas o de actividad. Llame a su médico o acuda a urgencias si presenta alguno de los siguientes signos o síntomas:
- Fiebre
- Escalofríos
- Vómitos
- Taburete negro
- Sangre roja brillante en las heces
- Dolor torácico o abdominal
- Falta de aliento
- Desmayos
Cabe señalar que, en general, la mayoría de los pacientes toleran bien la REM y experimentan pocas complicaciones, o ninguna.
Un patólogo examinará las muestras de tejido obtenidas durante el procedimiento para determinar si existe alguna anomalía, como células precancerosas o cancerosas. Los resultados de la biopsia suelen tardar entre unos días y una semana en estar disponibles, dependiendo del tiempo de procesamiento específico del laboratorio. Los resultados se los comunicará su gastroenterólogo o el equipo médico que supervise su tratamiento. Su médico comentará los resultados con usted y le recomendará el tratamiento o seguimiento que deba seguir en función de los resultados.
En su conversación con el profesional sanitario, debería plantearse las siguientes preguntas:
- ¿Pudiste extirpar todos los tejidos anormales?
- ¿Cuáles fueron los resultados de las pruebas de laboratorio? ¿Alguno de los tejidos era canceroso?
- ¿Necesito ver a un especialista en cáncer (oncólogo)?
- Si los tejidos son cancerosos, ¿necesitaré tratamientos adicionales?
- ¿Cómo controlarán mi estado?
Sí. Es probable que su médico le recomiende exámenes de seguimiento para controlar su estado y garantizar el éxito de la intervención. El momento y la frecuencia dependerán de varios factores, como el motivo de la REM, los hallazgos durante el procedimiento y su estado general de salud, pero es probable que comiencen unos tres meses después del procedimiento. Los exámenes de seguimiento pueden incluir la repetición de endoscopias, pruebas de imagen u otros procedimientos para evaluar la cicatrización y detectar cualquier reaparición de tejido anormal. Es esencial que acuda a todas las citas de seguimiento programadas por su médico para garantizar una recuperación óptima y el tratamiento continuo de su enfermedad.